¿En qué consiste el botox?

El uso del botox es cada vez más común en la medicina estética, pero no por ello deja de estar rodeado de mitos y tabúes. A grandes rasgos debemos de señalar que es un tratamiento que solo puede ser realizado por profesionales capacitados para ellos, y es un tratamiento ideal para prevenir arrugas, eliminar y corregir líneas de expresión.  

Pero por si estás pensando en recurrir a este tratamiento, vamos a profundizar más en este tratamiento. 

¿Qué es el Botox?

Llamamos botox a la toxina botulínica, es una neurotoxina que nace del botulismo. Es conocido como botulismo, a la enfermedad que produce una bacteria que produce una parálisis muscular. Aunque sea este su origen, el botox es cada vez más utilizado con fines médicos en enfermedades neurológicas, y para la medicina estética es de vital importancia ya que tiene la propiedad de paralizar músculos. Esta toxina se comienza a utilizar de forma experimental en la medicina en 1960 para el tratamiento del estrabismo, en 1979, es la FDA permitió el uso de la toxina botulínica para uso humano, siempre y cuando haya indicaciones específicas para ser utilizado. Al ver lo que producía sobre los músculos, los neurólogos comenzaron a utilizar esta toxina para la rigidez espasmódica de cuello y para numerosas patologías. Es desde 1987 cuando se comienza a usar con fines estéticos y cosméticas, como por ejemplo correcciones de arrugas en la frente, entrecejo o las famosas patas de gallo. 

Ventajas del Botox

El botox es sin duda uno de los tratamientos más buscados en las clínicas de estética. Las ventajas que ofrece le hacen ideal para numerosos tratamientos.  

  • El botox ofrece una apariencia más saludable y juvenil. 
  • Apenas tiene contraindicaciones 
  • Su aplicación no requiere cirugía, con lo que es un tratamiento ambulatorio, salvo algunas excepciones. 
  • Es una técnica que no genera dolor. 
  • El uso de esta toxina está indicado para: 
  • Pliegues horizontales en la frente 
  • Líneas formadas en torno a la comisura de la boca. 
  • Arrugas en torno a los ojos, las famosas y odiadas patas de gallo. 

Y hay muchas más… 

La toxina botulínica da solución a esos rostros con expresiones de cansancio permanente. 

El tratamiento suele ser aplicado mediante microinyecciones que no suelen generar dolor, que se inyectan en la zona en el que se necesita realizar un bloqueo neuromuscular y que este provoque que la contracción del músculo disminuye de intensidad, lo que hace que las arrugas están más atenuadas y las líneas de expresión sean menores. 

La duración del botox como tratamiento suele ser de cuatro a seis meses. Por lo que, si se quiere conseguir un tratamiento efectivo y lo más natural posible, es ideal comenzar a utilizarlo cuando no son unas arrugas muy marcadas y hacer el tratamiento cada seis meses como máximo, y de esta forma potenciar su mejor resultado. 

Pero evidentemente, si estás pensando en hacerte algún tratamiento con toxina botulínica lo que desde aquí te recomendamos es que además de preguntar al especialista estético, te informes con tu médico de cabecera para ver si en tu caso existe algún tipo de contraindicación.