Muchas veces, no nos damos cuenta del valor que tienen los objetos que tenemos instaurados en el dÃa a dÃa. Un ejemplo de esto, son los toldos. Muchos lo tenemos puesto, porque desde nuestra infancia lo hemos visto, y damos por hecho que es un elemento fundamental o necesario, al menos, en una casa, sin darle el valor que tiene. Para reivindicar esto, vamos a hablar de su origen.
Desde el principio de los tiempos, el ser humano o los animales, hemos necesitado de sombra para resguardarse, con lo que hemos buscado toldos en elementos naturales desde nuestra existencia. Si hablamos del inicio del toldo como lo conocemos hoy, nos tenemos que remontar a Roma, es donde en el siglo I aparece un tipo de arquitectura textil que se utiliza para protegerse del sol. Es más, si haces memoria, en más de una pelÃcula aparecÃa instalado una especie de toldo que tapaba al emperador en los anfiteatros, pues bien, ahà tenemos el inicio. A lo largo de los tiempos, ha recibido diferentes nombres, la misma evolución que ha sufrido el nombre, también lo ha sufrido la manera de instalarlo o los materiales con los que está confeccionado.
En España, se empezó a utilizar en torno a 1885 de manos de la fábrica A. Fabre, suponiendo una revolución, aunque evidentemente hubo muchos detractores. Cuenta la leyenda, que el dueño de Estape, que fue la empresa que dio una mayor difusión de este producto en nuestro paÃs, estaba tomando un café en ParÃs, y le fascinó la idea de utilizar estos artilugios para poder disfrutar de tomar algo en la calle sin tener que sufrir la incomodidad del sol. Con lo que se convirtió en un elemento necesario para cafeterÃas o bares.
Evidentemente la tecnologÃa también ha irrumpido en la vida de los toldos. Desde la tecnologÃa fotovoltaica, como los materiales o la forma de producirlos, son parámetros que más han revolucionado el mundo del toldo.
Ahora podemos encontrar tres tipos:
El Punto recto: es el más común de todos, se sujeta a la pared, pudiendo colocarlo gracias a unos brazos que le dan tensión y firmeza, tanto manuales o los motorizados.
Stores: es el modelo más básico, ideal para los balcones más pequeños, se sujeta en los brazos de una barandilla.
Brazo Invisible: tiene un sistema de brazos extensibles, y abarcan una gran superficie.
Todos los toldos ya hoy en dÃa pueden ser motorizados o manuales, y gracias a la domótica podemos incluso programarlos para que se extiendan solos y empiezan a dar sombra a estancias cuando a nosotros nos apetezca.
Como hemos dicho, en el inicio, fueron los bares los que apostaron por este elemento, pero hoy en dÃa son muchas las casas que cuentan con ellos, generando prácticamente una nueva estancia, o potencia alguna dándola más metros útiles, sin tener que sufrir las inclemencias meteorológicas.
Evidentemente, te recomendamos que te pongas en manos de profesionales (por ejemplo, estos, que son todo un referente en el sector de los toldos en Madrid), que puedan asesorarte, y poderte recomendar lo mejor para ti. Y después elige el que más te guste para tu hogar y a disfrutar.Â