En el hemisferio norte, agosto es un mes que mucha gente pasa refrescándose en la playa o
haciendo una barbacoa en el jardín. Sin embargo, olvidamos que históricamente este mes
señalaba el inicio de la temporada de cosechas y el momento de recoger las primeras cosechas
de grano, trigo y avena.
En el norte de Europa existe la tradición de celebrar el comienzo de la cosecha en torno al 1 de
agosto con la fiesta de Lammas. A veces llamada Lughnasadh, en honor al dios de la artesanía,
esta fiesta cristiana cae a medio camino entre el solsticio de verano de junio y el equinoccio de
otoño en septiembre. Muchas tribus nativas americanas también celebran la cosecha por estas
fechas. Algunas tribus del sureste de Estados Unidos celebran la Ceremonia del Maíz Verde,
vinculada a la maduración de las cosechas de maíz, con bailes, banquetes y observaciones
religiosas.
Y hoy te vamos a recomendar siete rituales sencillos que puedes realizar para que la
abundancia forme parte de tu vida.
1. Construye un altar inspirado en la cosecha.
Decora tu altar con maíz, calabacines, uvas, una barra de pan o cualquier alimento que
signifique la cosecha para ti. Añade girasoles, caléndulas o ulmaria, una hierba sagrada de los
druidas, para promover el amor, la paz y la alegría.
Acompaña los productos de la cosecha con un elemento de piedra lunar, que aportará la
energía necesaria para su buen crecimiento.
2. Practica la gratitud.
Lammas es la celebración de esta primera cosecha de grano, un momento para recoger y dar
gracias por la abundancia. La próxima vez que comas una mazorca de maíz, un buen panecillo
o quinoa, tómate el tiempo de agradecer a la Madre Naturaleza el regalo.
3. Celebra el amor.
Esta época del año ha sido durante mucho tiempo muy popular para las ceremonias de unión
de manos, un ritual en el que los amantes unían sus manos y se declaraban unidos, sellándolo
con un beso. Si tiene una relación, considere la posibilidad de practicar esta pequeña
renovación de votos con su pareja. Si no estás en una relación, puedes hacerlo como un voto
de amor y aceptación de ti mismo en el próximo año.
4. Despeja el espacio.
A medida que avanzamos lentamente hacia el otoño en el hemisferio norte (la primavera en el
sur), merece la pena preguntarse de qué cosas antiguas podemos desprendernos para dar
paso a la energía de una nueva estación. Tal vez se trate de un mal hábito, un proyecto que ya
no tiene jugo, o la ropa que no te queda bien física o energéticamente. Tendemos a aferrarnos a lo que nos es familiar, incluso cuando no nos sirve. Haz una lista de lo que decides soltar,
luego bendícelo, quémalo o córtalo.
5. Establece una intención de cosecha.
¿Cuál es una de tus principales intenciones para los próximos seis meses? El siguiente ritual
puede añadir otra capa de significado a tus objetivos de cosecha:
- Coge una hoja de maíz y corta los granos.
- Escribe tu intención de cosecha en la hoja y escoge algunos granos de maíz que representen
- tus esperanzas/habilidades/dones.
- Envuelve los granos de maíz en la cáscara y ata el manojo con cinta o cuerda, anudándolo siete
- veces. Cada nudo representa el apoyo que necesitarás para manifestar la intención.
6. Limpia tu camino hacia la abundancia.
Elige una escoba pequeña o un manojo de ramitas que sirva como símbolo del hogar. Luego,
ata una cinta verde o dorada alrededor de la parte superior para representar la abundancia y
la prosperidad. Ata una ramita de menta para la protección, la prosperidad y la curación.
Lleva la escoba a la entrada exterior de tu casa o apartamento, concentrándote en tu intención
para esta temporada. Gira lentamente tres veces en el sentido de las agujas del reloj, y luego
empieza a barrer hacia tu puerta diciendo: «Que la abundancia sea una amiga constante, junto
a mi hogar hasta el final del año». Hazlo tres veces.
7.Agradece a tus vecinos.
Crea una cesta especial de la cosecha llena de fruta, pan, verduras de temporada y una pieza
de algún cristal energético. Añade un poema, una nota de agradecimiento y cualquier otra
cosa que la haga especial. Regala una a un amigo, a un vecino o al repartidor de correos. Esto
afirma que no das por sentada la abundancia y que tienes suficiente para compartir con los