Brotación: el renacer del olivo

Después de la recolección llegaron los días más duros del invierno, en los que el frío y la falta de luz dominaron nuestro paisaje. No es raro en algunas zonas incluso la presencia de la nieve, que a pesar de lo que se pueda pensar ayuda a humectar los campos y es bastante beneficiosa para los cultivos. Sin lugar a dudas es preferible a otras situaciones como lluvias torrenciales o granizadas que en este caso si que son más delicadas para el cultivo del olivo.

Entre los meses de marzo y abril, gracias a que las temperaturas empiezan a ser más benignas y los días más largos, los olivos despiertan del letargo poco a poco, en el que su actividad estaba reducida a la mínima expresión y daban la impresión de estar prácticamente dormidos. Al ser un árbol perenne, la brotación es mucho más discreta que en otras especies que sí pierden la hoja, pero si nos fijamos con detenimiento, también se aprecia un gran cambio en la vitalidad y energía de los olivos.

En este resurgir, el color del árbol se vuelve más vivo y más brillante; y aparecen unos diminutos brotes verdes, casi blanquecinos, que poco a poco darán lugar a las nuevas hojas que cubrirán el árbol. Estas serán las responsables de proveer al árbol de la energía necesaria para vivir y para dar lugar a los nuevos frutos que con tanto ahínco trabajan y esperan los productores de oliva.

El crecimiento de las nuevas hojas coincide con el momento en que las flores también empiezan a formarse, siguiendo ambos desarrollos un camino paralelo de crecimiento. Estos dos procesos necesitan un aporte importante de nutrientes, por lo que en cierta medida compiten entre sí. Ambos son de gran importancia: si no hay crecimiento, el árbol no podrá mantenerse y tampoco habrá floración el año que viene; y si no hay una buena floración, la producción de esta campaña se verá comprometida. Por eso los productores están muy atentos a cómo brotan los olivos, pues gran parte del éxito de este año y del venidero empieza en esta época.

Mira este aceite de oliva virgen extra jaen que es uno de los más valorados del mercado. En él se nota el trabajo y dedicación de los productores jienenses.

De los amorosos cuidados del productor y de lo atento que esté a los posibles problemas que puedan acechar dependerá una campaña fructífera o calamitosa. Como ves todo lo que rodea al aceite de oliva destila trabajo y cariño. No es raro entonces que se trate de un producto tan exquisito y respetado por todas las culturas: el aceite de oliva se considera desde tiempos inmateriales un valor a continuar generación tras generación.

¿Y tú? ¿Sabías que el cultivo de la oliva llevaba tanto trabajo y dedicación? Muchos consumidores en ocasiones dicen aquello de que «es más caro que otros aceites», pero si se piensa con detenimiento, el trabajo que se hace es muy artesanal y el precio que se le pone bien merece todos los esfuerzos y desvelos que los productores han puesto en cada gota de ese aceite. ¿No crees?. Eso sin hablar de lo delicioso y sano que es este aceite vegetal.

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