Hay quienes aseguran que todos deberíamos intentar saltar en paracaídas por lo menos una vez en la vida. La isla de Tenerife ofrece todo tipo de diversión y cuenta también con varias escuelas de paracaidismo que ofrecen paquetes para turistas que desean aprovechar esta oportunidad única.
Tenerife es un destino ideal para los más osados porque ofrece una amplia variedad de deportes extremos, ya sea en sus playas o en sus acantilados. Además, la isla tiene un clima cálido y fresco que permite saltar en paracaídas sin importar mucho la temporada del año, así que los profesionales de este deporte disfrutan de sus saltos los 365 días en este lugar que brinda un paisaje bellísimo que hace especial cualquier salto.
Saltar en paracaídas es para valientes
Saltar en paracaídas es una gran hazaña de la que seguramente nos sentiremos orgullosos al aterrizar, así que no importa qué tan nerviosos estemos al principio, vale la pena y podemos estar tranquilos siempre que nos acompañe un guía especializado. Los saltos se realizan aproximadamente a 3500 metros de altura y lo ideal es comenzar con la modalidad tándem, que consiste en saltar acompañado por un instructor que nos guiará durante el recorrido.
Hay muchos paquetes de diferentes precios según la temporada. La mayoría de las ofertas incluye: entrenamiento previo al salto, todo el equipo para saltar, el vuelo en una avioneta y el instructor calificado. Todo el proceso suele durar entre 1 y 2 horas. Para saltar en paracaídas con asistencia profesional se debe ser mayor de edad y pesar menos de 90 Kg por cuestiones de seguridad. Además, es solicita que la persona no sufra de enfermedades cardíacas, hipertensión o trastornos alimenticios para poder realizar el salto sin riesgo.
Un salto para contar
Tenerife quizá es uno de los mejores sitios para saltar en paracaídas, así que si visitamos la isla podemos acercarnos a alguna de las escuelas de paracaidismo. También podemos encontrar ofertas online y solicitar el paquete que más se ajuste a nuestras necesidades. Definitivamente es una experiencia extrema ideal para alejarnos de la rutina y al regresar a casa seguramente tendremos una historia asombrosa para contar a nuestros colegas. Por algo dicen que la emoción no acaba cuando llegamos a tierra de nuevo y quién sabe, hasta podríamos quedar con ganas de repetir la experiencia.